Alcanzar el nivel de 2000 puntos de ELO no es realmente tan difícil, con un plan de estudios bien diseñado, autodisciplina en el entrenamiento y un estricto cumplimiento del programa de entrenamiento. Después de todo, cualquier crecimiento en el ajedrez siempre ocurre sólo a través del trabajo regular, preferiblemente diario, y la dedicación completa. Y antes de desarrollar un programa de entrenamiento personal es muy importante analizar honestamente y tener en cuenta tus puntos débiles.
A continuación hemos recopilado 10 consejos de maestros de ajedrez, que deberían ayudarte a alcanzar tu ansiado objetivo deportivo:
Haz ejercicios tácticos
Aumentar su visión táctica le ayudará mucho si aprende a reconocer e identificar rápidamente los motivos tácticos más comunes. No es necesario elegir ejercicios muy difíciles: la cantidad es más importante que la calidad en esta fase. Céntrese en encontrar la solución correcta y en calcular líneas cortas (3-4 jugadas).
La mayoría de los errores de cálculo se cometen al principio de la línea. Si trabaja en los primeros movimientos, es más probable que reduzca el número de errores.
Aprenda también a elegir las jugadas candidatas (tanto las suyas como las de su adversario) y aprenda a aplicar estas técnicas en el tablero.
2. Entender su propio repertorio de aperturas
No basta con conocer a la perfección la teoría, es mucho más útil comprenderla en profundidad. Los planes y las ideas que hay detrás de las jugadas que haces. Siéntese y repita las jugadas sobre el tablero y, a medida que avanza, intente comprender la naturaleza de la posición y la lógica de las jugadas. Busca posibles planes al final de cada línea que elijas.
3. estudie los patrones más comunes del mediojuego
Desarrolle una buena comprensión estratégica. Empiece con temas básicos, como las casillas débiles y cómo usarlas en la posición del rival, los peones débiles, la importancia de las líneas abiertas, etc.
4. Familiarizarse con las estructuras de peones más comunes
Cada posición tiene unas características determinadas, que suelen venir determinadas por la estructura de peones del tablero. Es importante comprender los planes típicos y saber a qué aspirar en los distintos tipos de posiciones. Aprenda a jugar con y contra un peón aislado, qué hacer en posiciones con peones colgantes, cómo utilizar un peón retrasado, etc.
5. Desarrollar una buena intuición
Para evaluar una posición, tenga en cuenta los elementos más importantes, como la seguridad del rey, la actividad de las piezas y la estructura de peones. Esto no sólo le ayudará a descubrir los puntos fuertes y débiles de cada bando, sino que también le dará una visión objetiva de su posición.
6. Aprender a elaborar planes
Una vez que haya trabajado en los cinco puntos anteriores, la habilidad de desarrollar un plan adecuado debería surgir de forma natural. Esto podría consistir en mejorar sus piezas, crear o explotar una debilidad en la posición de su oponente, o simplemente mejorar la coordinación de sus piezas.
7. Desarrollar la habilidad posicional
Esto le dará una idea de los elementos posicionales, como una pareja de alfiles, alfiles de distintos colores y cuándo una pieza es mejor que otra. Estos elementos se encuentran a menudo en la práctica y es importante ser capaz de evaluarlos correctamente y utilizarlos en su beneficio.
8. Analiza tus partidas
Otra buena forma de mejorar tu nivel es analizar tus propias partidas y corregir tus propios errores. Es importante ser objetivo y comentar cada error que hayas podido identificar.
9. Aprende los clásicos
Jugar a las partidas clásicas y entender las ideas que se utilizan en ellas te ayudará a aprender mejor todos los puntos anteriores. Fíjate en cómo construyen los planes los maestros de ajedrez y cómo aprovechan las pequeñas ventajas posicionales de una posición. Un análisis cualitativo de los clásicos te ayudará a mejorar tu comprensión global del ajedrez.
10. Aprenda a competir
Siéntate ante el tablero de ajedrez con el único propósito de ganar. Intenta dar lo mejor de ti mismo en cada partida y superar a tu oponente. Mientras la partida no haya terminado, no te rindas ni te relajes antes de tiempo. La actitud mental y la llamada «deportividad» no deben pasarse por alto. Desempeñan uno de los papeles clave en el desarrollo de cualquier ajedrecista.