Una de las cosas que todo ajedrecista debe hacer para mejorar en el ajedrez es ver muchas partidas jugadas por grandes maestros. Este es un gran método para enriquecer tus conocimientos y llegar a comprender una amplia variedad de posiciones, no solo en el medio juego, sino también en los planes de apertura y finales. Sin embargo, un paso importante de este viaje es cómo lo haces: tienes que tomarte tu tiempo y comprender las posiciones y los planes empleados.
No te apresures en la ejecución de los movimientos y, sobre todo, no enciendas el motor, algo que se ha convertido en un hábito para el jugador moderno. Para poder acumular toda la información que ves en esos juegos, primero debes ser capaz de comprenderlos.
Cada jugador tiene un estilo de juego único y casi todos tienen un tipo de posición favorita que les gusta jugar. Al comenzar a estudiar los clásicos, notarás que algunos temas tienden a reaparecer en las partidas de ciertos jugadores. Podemos decir que cada uno solía tener su propia “especialidad”; un tipo de posición que buscaban y disfrutaban jugando.
Algunos jugadores disfrutan del ajedrez posicional, mientras que otros lo hacen mejor en posición aguda, pero también hay jugadores “completos” que dominan ambos estilos, así como las tres fases del juego. Uno de ellos es Garry Kasparov, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Sus partidas son un deleite para la vista y son una gran fuente de inspiración para todo jugador que quiera mejorar su nivel.
Para empezar, Garry Kasparov era un gran atacante; ha producido un gran número de partidas fantásticas en las que simplemente aplastaba a sus oponentes. Se puede aprender mucho sobre el arte del ataque al leer sus partidas: cómo construir un ataque, pero también cómo atacar cuando es el momento adecuado y no darle al oponente la oportunidad de reagrupar sus fuerzas. En la siguiente partida contra Karpov, se puede ver exactamente esto.
En primer lugar, todas las piezas se unen a la fiesta y se coordinan armoniosamente. Ninguna pieza queda sin desarrollar y todas participan en el ataque. Luego, cuando todas están perfectamente ubicadas, llega el golpe táctico. Un juego que contiene una mezcla chispeante de imaginación, técnica y cálculo preciso. ¡Disfruten!
Con unas habilidades de ataque tan asombrosas, eso no significa que fuera peor cuando jugaba en posiciones más tranquilas. También ha dejado muchas obras maestras posicionales y muchas de ellas implican jugar con la ventaja de la pareja de alfiles .
Fue un monstruo con los dos alfiles y ha convertido este plus en muchas partidas, a pesar de que la posición fuera un final o una dinámica.
Como ya habéis visto cómo se manejaba en posiciones dinámicas, hemos elegido una partida más posicional para ilustrar la técnica de Kasparov con la pareja de alfiles. La siguiente partida contra Kramnik lo tiene todo: abrir la posición para los alfiles, crear y corregir las debilidades y, finalmente, convertir la ventaja. Compruébalo:
Otra característica que verás en las partidas de Kasparov es que no estaba demasiado «apegado» a las torres y no dudaba en sacrificar un cambio por una ventaja a largo plazo.
El sacrificio de cambio posicional es una gran habilidad y si sientes que aún necesitas trabajar en ella, entonces este es el jugador que debes estudiar. En la siguiente partida contra Alexey Shirov, podemos ver cómo sacrifica un cambio claro sin ningún material adicional (como un peón).
La única compensación que obtuvo fue una mejor coordinación de piezas y más actividad, lo que fue suficiente para poner a su oponente en una situación difícil. Vea cómo lo aprovechó a continuación:
Resulta difícil elegir sólo tres partidas de Kasparov, ya que ha jugado muchas obras maestras. Por ello, nuestro consejo es que tomes las que se presentan aquí como punto de partida y continúes estudiando sus partidas por tu cuenta.
¡Aprenderás mucho ajedrez, eso te lo garantizamos!
